jueves, 31 de diciembre de 2020

CAPÍTULO 5

 


—¡¿Qué ha pasado?! —le preguntó Pedro a su amigo mientras contemplaba asombrado cómo esa chica se alejaba de él.


—Que por primera vez en la vida, amigo mío, te han dado calabazas.


—¿A mí?


—Sí, a ti.


—¿Esa mujer? —preguntó Pedro cada vez más alterado mientras señalaba a una chica sin el menor atractivo que debería haberlo alabado como hacían todas las demás en lugar de deshacerse despectivamente de él mientras le señalaba el camino a los baños.


—En efecto.


—¿Esa mujer me ha rechazado a mí? —volvió a preguntar vanidosamente Pedro mientras señalaba su persona.


—Y ahora sabemos por qué lo ha hecho, ¿verdad? —inquirió Gustavo, recordándole uno de sus mayores defectos: su vanidad.


—No, esto tiene que haber sido un error. Además, creo que he conseguido su número de teléfono —indicó Pedro, intentando acallar las burlas de su amigo mientras le mostraba la tarjeta que esa mujer había depositado en sus manos.


—No, no lo has hecho. Sólo has conseguido el número de una agencia de talentos —dijo Gustavo tras leer la tarjeta, volviendo a depositarla en las manos de un hombre cada vez más indignado.


Pero la indignación dio paso al enfado y a una vengativa mirada con la que Pedro juró hacer la mejor actuación de su vida.


—¡Voy a hacer que se enamore de mí sólo para enseñarte lo buen actor que un hombre como yo puede llegar a ser delante y detrás de las cámaras!


Y, en cuanto Gustavo oyó a su amigo, supo que a la hora de enamorar a una chica como Paula un hombre como él tendría muchos problemas y cometería muchos errores… Pero ¿para qué estaban los amigos como él, si no era para escribir sobre cada uno de ellos?




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